lunes, 9 de noviembre de 2009

Einstein

Él mismo escribió: «Nuestra experiencia nos justifica en la confianza de que la Naturaleza es
concreción de las ideas matemáticas más sencillas.» Cuando tuvo que elegir las ecuaciones
tensoriales capaces de dar cuenta de su teoría de la gravitación, entre todos los sistemas capaces de
cumplir los requisitos necesarios optó por el más sencillo, y a continuación los publicó, con plena
confianza (como en cierta ocasión le dijo al matemático John G. Kemeny) de que «Dios no hubiera
dejado escapar una oportunidad así de hacer tan sencilla la Naturaleza». Se ha opinado que los
enormes logros de Einstein han sido expresión intelectual de una compulsión psicológica de sencillez,
que Henry David Thoreau expuso en Walden como sigue: «¡Sencillez, sencillez, sencillez! Hágame
caso, que sus asuntos sean como dos o tres, no como cientos o millares. No haga por contar un
millón, sino media docena, y lleve su contabilidad en una uña.» En su biografía de Einstein, Peter
Michelmore refiere que «el dormitorio de Einstein parecía la celda de un monje. No había en él
cuadros ni alfombras... Se afeitaba sin muchos miramientos, con jabón de fregar. En casa solía ir
descalzo. Tan sólo cada dos o tres meses dejaba que Elsa (su esposa) le descargara un poco la
pelambrera... Pocas veces encontraba necesaria la ropa interior. También dejó de lado los pijamas y
más tarde los calcetines. "¿Para qué sirven?", solía preguntar. "No producen más que agujeros." Elsa
llegó a perder la paciencia un día en que le pilló cortando de codo abajo las mangas de una camisa
nueva. Su explicación fue que los puños requieren botones o gemelos y es necesario lavarlos con
frecuencia, total, una pérdida de tiempo». «Toda posesión», decía Einstein, «es una piedra atada al
tobillo.» Las ecuaciones de Newton tuvieron que ser, a su vez, modificadas por Einstein; y en
nuestros días hay físicos—Robert Dicke entre ellos—que consideran insuficientes las ecuaciones de
gravitación einstenianas y creen que habrán de ser modificadas y transformadas en otras más
complejas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

en las cosas simples es donde encuentras lo inexplicable...
y si en cierta forma Einstein actuaba de forma práctica... para que usar, guardar o tener cosas que te estorban y son inutiles en nuestra vida diaria...
un enorme abrazo
=D

como estás?