El director de finanzas de IBM había cometido un gravísimo error, que implicó la pérdida de US$ 6 millones.
Ni bien terminó de comprender la magnitud del daño que su deficiente accionar le implicó a la empresa, caminó lentamente a su despacho, y redactó su renuncia.
Minutos después se presentó ante el presidente y le entregó la misiva. Éste, la leyó cuidadosamente, y mirándolo por la parte superior de los anteojos, le dijo: – “De ninguna manera aceptamos su renuncia. Acabamos de invertir US$ 6 millones en su capacitación”.
Dicho esto, rompió la carta, la arrojó al cesto de papeles y dio por finalizada la reunión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario